AUTORIDAD Y VERDAD

 

 Debe ser difícil la vida para aquellos que toman la autoridad como verdad, y no la verdad como autoridad.

Difícil porque se equivocan a cada paso siguiendo a alguien que tiene altibajos, idas y vueltas, devaneos, olvidos y carencias.

Pero fácil, en cierto modo, porque les evita pensar por su cuenta.

“Si lo dijo tal es verdad y no hay vuelta”

“Yo sigo a tal y lo que él dice es correcto”

Vida fácil pero complicada ya que hay que hacer muchas piruetas intelectuales para coincidir siempre con lo que afirma tal. Es lo que le pasó al Partido Comunista que solo recibe órdenes. Amigo fraternal de Hitler al comienzo de la Segunda Guerra y luego su mortal enemigo después que traicionara a Rusia. Terrible pirueta tuvo que hacer el comunismo internacional para poder justificar este cambio de 180º. Y lo hizo.

Solamente quedaron desprestigiados ante lo opinión pública honesta. No ante la otra, la de los “progresistas” para quienes la palabra de Stalin era sagrada. No se la analizaba. Si la analizabas eras traidor al “internacionalismo proletario”

De cualquier manera el 90% de las personas asienta sus afirmaciones bajo esta premisa: “si lo dijo tal es verdad”.

Exactamente el principio de autoridad que regía en la Edad Media.

Los ejemplos están a la vista: si lo dijo El Che, si lo dijo la Iglesia, si lo dijo Fidel, si lo dijo Jesús, si lo dijo la Biblia, si lo dijo Platón, si lo dijo Gandhi, si lo dijo Gautama, si lo dijeron los mayas, si lo dijo Louis Hay, si lo dijo John Lennon, si lo dijo el Eterno, si lo dijo el Bagavad Guita, si lo dijo mi abuelita, si lo dijo mi papá, si lo dijo Evita, si lo dijo Perón y una grande y larga serie de etcéteras.

Casi todos basamos nuestras afirmaciones en este tipo de creencias aunque muchas de esas personas que seguimos, ni siquiera existieron.

Hay que aceptarlo y lidiar con estos individuos.

A nadie (o a muy pocos) le interesa la verdad. Solo tratan de repetir frases hechas y defenderlas a muerte para aparentar fuerza y solidez intelectual.

Todos los nombrados como guías, y los no nombrados también, tuvieron sus altibajos, sus idas y vueltas y sus equivocaciones.

Pero es difícil admitirlo. Habría que ponerse a pensar y a separar la paja del trigo. Un trabajo incómodo.

Personalmente siempre opté por esta última posición. Analizo sin importar quien lo dijo y luego opino sobre esa afirmación según mi leal saber y entender. Es más difícil pero es más honrado. No se puede aceptar todo en bloque sin analizarlo. Eso me hizo ganar varios “enemigos” por así llamarlos. Pero me hizo sentir intelectualmente honesto.

¿Usted en cuál de estos campos se inscribe???

¿Le gusta analizar o acepta en bloque sin pensarlo???

Como siempre me gustaría recibir sus opiniones a favor o en contra.

Los espero.