Todos sabemos la importancia que tuvo Aristóteles dentro de la Filosofía y como organizador de un sistema unificado que todavía nos sorprende
Sabemos también de su influencia en la lógica, la metafísica, la filosofía de la ciencia, la ética, la filosofía política, la estética, la retórica, la astronomía y la biología.
Es reconocido como el verdadero fundador de la Lógica ya que abordó por primera vez la investigación sistemática sobre los principios del razonamiento válido o correcto.
Se lo considera el padre de la Biología sobre todo por su afirmación de transformaciones dentro de las distintas especies y su manera de clasificarlas.
Pero . . . siempre hay un pero. Debemos decir que, en ciertas cosas, hizo afirmaciones a la ligera que no condecían con lo que el mismo sostenía.
Uno de los grandes dramas del desarrollo de la ciencia ha sido la excesiva influencia del pensamiento de Aristóteles en el mundo occidental. Aristóteles, refiriéndose a Platón, decía “amo mucho a mis amigos, pero amo más la verdad”. Ojalá hubiese practicado ese principio y seguramente el mundo occidental se hubiera ahorrado unos cuantos siglos de ignorancia. El famoso pensador griego, maestro de Alejandro Magno, fue un hombre que, en ciertos casos, no se preocupó de practicar ni la observación, ni la experimentación sobre los hechos objetivos; o si se preocupó, no lo dejó reflejado en sus obras.
Hay ejemplos patéticos de la actitud de Aristóteles; por ejemplo, afirmó con rotundidad que los hombres tenían un número superior de muelas que las mujeres. Él que era tan meticuloso en sus estudios podía haber comprobado, sin mucho esfuerzo, que esto no era verdad.
El famoso filósofo, en su obra Historia de los animales, decía que las golondrinas se escondían en agujeros perdiendo las plumas; luego, en primavera salían de aquellos agujeros cubiertas de nuevas plumas. Como sabemos esto tampoco es cierto.
Aristóteles decidió también, por su cuenta y riesgo, sin hacer la más mínima experimentación, que la tierra era el centro del universo. Este pensamiento concordó muy bien con lo que pensó la Iglesia Católica más de mil años después sobre este asunto siguiendo las ridículas afirmaciones de la Biblia. Por lo tanto la Iglesia hizo suyo el pensamiento del griego compatibilizándolo integralmente con el pensamiento cristiano a través de la obra de Santo Tomás de Aquino. Al hacer entrar el pensamiento del estagirita dentro de la doctrina cristiana estas quedaron como palabras sagradas imposibles de contradecir. Todas sus palabras eran de aceptación obligatoria. Se transformaron en dogmas. Algo que él no hubiera aceptado por supuesto.
De esa manera la experimentación griega, como, por ejemplo la de Eratóstenes (confirmó la esfericidad de la Tierra y calculó su diámetro con un mínimo error), quedó en el olvido y en la marginación. San Alberto Magno, tal vez el más culto de los pensadores cristianos de los primeros siglos, criticaba la falta de experimentación de Aristóteles y dedicó escritos suyos a comentar los errores aristotélicos.
Otro error muy conocido de Aristóteles fue considerar que cuando se lanza un objeto al aire, es el propio aire el que empuja el objeto para que continúe su movimiento. Galileo descubrió 2.000 años más tarde que el aire no sólo no producía el movimiento sino que lo frenaba.
Para no abundar demasiado debemos decir que los “errores” de Aristóteles se dieron cuando no supo innovar o trascender las “evidencias” de su tiempo. No puso en duda la generación espontánea, consideró inferior a la mujer y llegó a afirmar que se era esclavo por naturaleza. Todos sabemos que luego de batallas terribles los prisioneros eran convertidos en esclavos. Hubo grandes científicos, matemáticos y escritores que fueron convertidos en esclavos. Sin ir más lejos las fábulas de Esopo (284 aC a 192 aC) eran famosas en toda Grecia y tanto Heródoto (el padre de la Historia), Aristófanes, Sócrates, Platón y el mismo Aristóteles se refirieron muchas veces a él elogiándolo. Esopo fue un esclavo y el tercero de sus dueños le dio la libertad debido a su fama literaria. El prestigio de Esopo y de sus fábulas llega hasta nuestros días.
Por lo tanto esta afirmación de que hay personas que nacieron para ser libres y otros para ser esclavos es otra de las inexactitudes de Aristóteles que tuvo mucho que ver con la discriminación social en su época y fue la justificación de la esclavitud miles de años después.
Este artículo no pretende desmerecer la obra de este filósofo que fue de gran magnitud y que marcó una época en el avance científico en su época y en siglos posteriores. Pero sus errores no deben olvidarse porque también fueron motivo del estancamiento de muchos otros sectores de la ciencia y de la libertad intelectual que él mismo defendió.
No se pueden transformar los principios científicos en dogmas porque les quitarían la posibilidad de seguir perfeccionándose lo que es la base de su credibilidad y de su fuerza. Además es lo que los diferencia de la religión que se basa en dogmas indemostrables que tanto mal le han hecho a la Humanidad a través de los tiempos.
Esperando que les haya gustado el artículo quedo a la espera de sus opiniones.
Gracias.